Descrita por Vervoorst en 1969
Apuntes: La T. Albertiana despliega una flor de color rojo brillante, algo poco frecuente entre las tillandsias.
Es una especie resistente, de fácil cultivo y hermosa, aunque los retoños o esquejes que se comercializan, en general son pequeños y hay que esperar a que se forme una colonia o grupo de plantas para poder disfrutar esta especie en todo su esplendor; y esto ocurre una vez que se ramifica. No te llevará mucho tiempo.
Floración: Presenta una flor rojo brillante con tres pétalos en los extremos de cada ramificación. Suele florecer en enero, pero si las condiciones son apropiadas puede florecer en otras épocas.
Iluminación: mejor a la sombra, pero acepta el sol si es de forma suave y sobre todo en invierno. Temperatura de templada a calurosa.
Humedad y Riego: Necesidades moderadas de humedad y riego. 2 veces a la semana en invierno y 3 veces a la semana en verano. Puede pasar por momentos etapas de sequía.
Modo de cultivo: En suspensión o sobre un soporte apropiado. En verano puede mantenerse en el exterior. En invierno, o por debajo de los 5 grados mejor tenerla resguardada en interior. Lo ideal es suspenderla con alambre, o utilizar una roca con orificios para asentarla emulando a la propia naturaleza.
Fertilización: en verano 1 vez cada 15 días y en invierno una vez al mes. Utilizamos un fertilizante comercial y usamos dosis para plantas delicadas. Si no vienen indicaciones específicas para plantas delicadas, utilizamos un tercio de la cantidad indicada.
El aspecto general de la planta puede variar dependiendo de la estación del año y de su ciclo vital; así los tonos rojizos en muchas de las tillandsias se asocian a épocas de floración.
Hábitat: El hábitat propio de la T. Albertiana es el noroeste de Argentina.
Notas: Es una planta saxícola; se acomoda entre las grietas de las rocas.
Dedicada a Alberto Castellanos, botánico argentino.
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